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Componentes de la leche materna: ¿Qué contiene la leche

Está repleta de nutrientes que alimentan y protegen a tu bebé, pero ¿sabías que la composición de la leche materna varía con el paso del tiempo? Descubre qué contiene la leche materna y cómo cambia para adaptarse a las necesidades de tu bebé.
Al ser el primer alimento de tu bebé, puedes esperar que los ingredientes de tu leche materna incluyan todos los nutrientes básicos esenciales, como carbohidratos, proteínas y grasas, además de agua para mantenerlo hidratado {1}. Pero la leche materna no es un alimento normal, ya que aporta algo más que nutrición.

¿De qué está compuesta la leche materna?
Estos son algunos de esos componentes extra que aporta la leche materna con cada toma, muchos de los cuales no se pueden replicar:

  • Millones de células vivas. Entre ellas se incluyen los glóbulos blancos, que refuerzan el sistema inmunitario, y los citoblastos, que ayudan al desarrollo y curación de los órganos {2}.

  • Más de 1000 proteínas {3} que ayudan al crecimiento y desarrollo de tu bebé, activan su sistema inmunitario y desarrollan y protegen las neuronas cerebrales.

  • Todas las proteínas de la leche materna están compuestas por aminoácidos. Tu leche cuenta con más de 20 compuestos de este tipo. Algunos de ellos, denominados nucleótidos, elevan sus niveles por la noche, y los científicos creen que pueden inducir el sueño {4,5}.

  • Más de 200 azúcares complejos llamados oligosacáridos {6}, que actúan como prebióticos, alimentan a las «bacterias buenas» del intestino de tu bebé. También evitan que las infecciones lleguen al torrente sanguíneo y reducen el riesgo de inflamación cerebral.

  • Más de 40 enzimas {7}. Las enzimas son catalizadores que aceleran las reacciones químicas en el cuerpo. Las enzimas de tu leche ayudan a los sistemas digestivo e inmunitario de tu bebé, además de permitir la absorción del hierro.

  • Factores de crecimiento que favorecen un desarrollo saludable {1}. Estos factores de crecimiento afectan a muchas partes del cuerpo del bebé, como los intestinos, los vasos sanguíneos, el sistema nervioso y las glándulas, que segregan hormonas.

  • Si hablamos de hormonas, tu leche materna contiene muchas de ellas {7}. Estas inteligentes sustancias químicas envían mensajes entre los tejidos y órganos para garantizar su correcto funcionamiento. Algunas ayudan a regular el apetito y los patrones de sueño del bebé, e incluso ayudan a reforzar el vínculo entre vosotros.

  • Vitaminas y minerales, que son nutrientes que favorecen el crecimiento saludable y el funcionamiento de los órganos, y además ayudan a la formación de los dientes y huesos del bebé {1}.

  • Anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas. Hay cinco formas básicas de anticuerpos y todas ellas están presentes en tu leche {8}. Protegen a tu bebé contra las enfermedades e infecciones, ya que neutralizan las bacterias y los virus.

  • Puede que hayas oído hablar de los ácidos grasos de cadena larga, que tienen un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso de tu bebé, además de contribuir al desarrollo saludable del cerebro y los ojos {9}. ¡Y sí, lo has adivinado! Tu leche también contiene varios tipos de ácidos grasos de cadena larga.

  • 1400 moléculas diferentes de microARN, cuya función parece ser la regulación de la expresión genética, además de ayudar a evitar o detener el desarrollo de enfermedades, reforzar el sistema inmunitario de tu bebé y participar en la remodelación del pecho {10}.


Aunque se trata de una lista bastante larga, estos son solo algunos de los ingredientes de tu leche materna, y los científicos siguen descubriendo otros nuevos. Cabe señalar que los niveles de estos ingredientes pueden fluctuar con el paso del tiempo, dependiendo de la edad y necesidades de tu bebé.

Empecemos por el principio...

Los primeros días: el calostro
La primera leche que producen tus pechos tras el parto se denomina calostro. Esta leche materna densa y viscosa a menudo recibe el nombre de «oro líquido», no solo por su color amarillo o anaranjado, sino también por su enorme importancia a la hora de nutrir y proteger a tu recién nacido, que es muy vulnerable.

Al principio producirás cantidades muy pequeñas, entre 40 y 50 ml durante un periodo de 24 horas {11}, pero como tu bebé tiene un estómago del tamaño de una canica, será todo lo que necesite. El calostro también es muy fácil de digerir. Y lo que le falta de cantidad le sobra en calidad.

La composición del calostro
El calostro tiene los mismos ingredientes que la leche con la que contarás posteriormente, pero las cantidades de estos ingredientes son diferentes y está adaptado a las necesidades de tu recién nacido.

Por ejemplo, en ocasiones se habla del calostro como de una vacuna natural, debido a que sus niveles de anticuerpos y glóbulos blancos son muy elevados. Tu primera leche debe contener estos ingredientes para poder proteger a tu bebé frente a infecciones y enfermedades tras abandonar la seguridad del útero materno.

Las propiedades protectoras del calostro también son importantes para el aparato gastrointestinal de tu bebé. Los bebés nacen con un revestimiento intestinal permeable, que el calostro se encarga de cubrir y sellar {12,13}. Esto es especialmente importante si tu bebé es prematuro, ya que estará más expuesto al riesgo de padecer enterocolitis necrosante (ECN), un peligroso trastorno intestinal {13}.

También es rico en minerales y vitaminas, con concentraciones más altas de vitaminas A, E y K que la leche materna madura. El porcentaje de proteínas del calostro también es superior {1}. El calostro actúa como un laxante que ayuda a tu bebé a expulsar sus primeras heces, el meconio {14}.

Las dos semanas siguientes: la leche de transición
Durante la primera semana de vida de tu bebé, entre dos y cuatro días después del parto, cambia la cantidad de leche materna producida. Podrás notar que tus pechos están más llenos y firmes: este cambio recibe el nombre de «subida» de la leche. El tercer día, tu bebé consumirá de 300 a 400 ml de leche materna cada 24 horas, y al llegar al quinto día, su consumo aumentará hasta alcanzar entre 500 y 800 ml, así que no es ninguna sorpresa que tus pechos parezcan más grandes {11}.

Entre los días 5 y 14, tu leche recibe el nombre de leche de transición {15}. Tal como sugiere su nombre, se produce el cambio del calostro a la leche madura. Pasa a ser más cremosa en color y textura, y también aumenta su nivel de grasa, calorías y lactosa (un azúcar natural), por lo que es el alimento ideal para lograr un crecimiento rápido de tu recién nacido.

Puedes estar tranquila, ya que sigue estando repleta de anticuerpos protectores, células vivas, bacterias «buenas» y otros ingredientes bioactivos que le ayudarán a mantenerse sano {15}.

A partir de la cuarta semana: la leche madura
Cuando tu bebé alcance las cuatro semanas de edad, tu leche materna será totalmente madura. Es rica en proteínas, azúcares, vitaminas y minerales, además de contar con un gran número de componentes bioactivos, como hormonas, factores de crecimiento, enzimas y células vivas, que ayudarán al crecimiento y desarrollo saludable de tu bebé {7}.

A partir de las cuatro semanas, los nutrientes y los niveles de ingredientes de la leche madura suelen permanecer bastante constantes. No obstante, puede que la composición de la leche materna siga cambiando día a día y toma a toma.

Por ejemplo, si tú o tu bebé estáis enfermos, tu cuerpo generará anticuerpos para luchar contra esa enfermedad concreta, y estos anticuerpos pasarán a formar parte de tu leche. También cabe señalar que, a medida que tu bebé empiece a explorar el mundo que le rodea y a meterse juguetes en la boca, el nivel de enzimas protectoras de la leche que luchan contra las bacterias aumentará {16}. Esta variación en la leche materna demuestra su adaptación a las necesidades cambiantes de tu bebé.

¿Qué son la leche inicial y la leche final?
Es posible que notes que tu leche parece más densa y cremosa al final de una toma. Esto es así porque, a medida que avanza la toma, el nivel de grasa aumenta gradualmente debido a los mecanismos de la leche cuando va desplazándose a través del pecho. A menudo recibe el nombre de leche final, mientras que la primera leche, más «acuosa», se denomina leche inicial. Estos dos términos pueden llevarte a pensar que se produce un cambio entre ambas, pero no es así. El cambio es un proceso gradual {15}. Ambas son partes esenciales de una alimentación completa, y son ricas en vitaminas, minerales, proteínas y azúcares.

El contenido de grasa de la leche está relacionado con el proceso de vaciado del pecho. Los pechos estarán más llenos al inicio de algunas tomas (leche con un menor contenido de grasa) y más vacíos al inicio de otras tomas (leche con un mayor contenido de grasa). Así que no te preocupes demasiado por la leche inicial y la leche final. A lo largo de las 24 horas del día, tu bebé acabará consumiendo una cantidad similar de grasa cada día {17}.

Composición de la leche materna después de seis meses
Tal vez te preguntes qué le sucede a la leche si prolongas la lactancia. ¿Tu cuerpo puede seguir produciendo una leche madura de alta calidad durante meses y meses, o incluso años? ¡La respuesta es que no debes subestimar la capacidad de tus pechos!

Aunque es cierto que deberás empezar a introducir los alimentos sólidos a los seis meses para reforzar las reservas de algunos nutrientes para tu bebé, como el hierro {18}, tu leche seguirá siendo una parte importante de su dieta.

Por ejemplo, cuando tu bebé cumpla siete meses, la leche materna supondrá todavía el 93 % de sus calorías. Incluso entre los 11 y los 16 meses, aproximadamente la mitad de su ingesta calórica diaria provendrá de la leche {19}.

Así que relájate, ya que ambos seguirán disfrutando de los beneficios de la lactancia durante muchos meses.

Bibliografía

  1. Ballard O, Morrow AL. Human milk composition: nutrients and bioactive factors. Pediatr Clin North Am. 2013;60(1):49-74.

2. Hassiotou F et al. Cells in human milk: state of the science. J Human Lact. 2013;29(2):171-182.

3. Beck KL, et al. Comparative proteomics of human and macaque milk reveals species-specific nutrition during postnatal development. J Proteome Res. 2015;14(5):2143-2157.

4. Zhang Z et al. Amino acid profiles in term and preterm human milk through lactation: a systematic review. Nutrients. 2013;5(12):4800-4821.

5. Sánchez CL et al. The possible role of human milk nucleotides as sleep inducers.Nutr Neurosci. 2009;12(1):2-8.

6. Moukarzel S, Bode L. Human milk oligosaccharides and the preterm infant: a journey in sickness and in health. Clin perinatol. 2017;44(1):193-207.

7. Hamosh M. Bioactive factors in human milk. Pediatric Clinics. 2001;48(1):69-86.

8. Brandtzaeg P. The mucosal immune system and its integration with the mammary glands. The J Pediatr. 2010;156(2):S8-15.

9. Uauy R et al. Essential fatty acids in early life: structural and functional role. Proc Nutr Soc. 2000;59(1):3-15.

10. Alsaweed M et al. Human milk cells and lipids conserve numerous known and novel miRNAs, some of which are differentially expressed during lactation. PLoS One. 2016;11(4):e0152610.

11. Neville MC et al. Studies in human lactation: milk volumes in lactating women during the onset of lactation and full lactation. Am J Clin Nutr. 1988;48(6):1375-1386.

12. Marchbank T et al. Pancreatic secretory trypsin inhibitor is a major motogenic and protective factor in human breast milk. Am J Physiol Gastrointest Liver Physiol. 2009;296(4):G697-703.

13. Herrmann K, Carroll K. An exclusively human milk diet reduces necrotizing enterocolitis. Breast Med. 2014;9(4):184-190.

14. Lawrence RA, Lawrence RM. Breastfeeding: A guide for the medical profession. 7th ed. Maryland Heights MO, USA: Elsevier Mosby; 2010. 1128 p.

15. Martin CR et al. Review of infant feeding: key features of breast milk and infant formula. Nutrients. 2016;8(5):279.

16. Montagne P et al. Changes in lactoferrin and lysozyme levels in human milk during the first twelve weeks of lactation. InBioactive components of human milk 2001 (pp. 241-247). Springer, Boston, MA.

17. Kent JC, et al. Volume and frequency of breastfeedings and fat content of breast milk throughout the day. Pediatrics. 2006;117(3):e387-395.

18. Kuo AA et al. Introduction of solid food to young infants. Matern child health J. 2011;15(8):1185-1194.

19. Dewey KG et al. Breast milk volume and composition during late lactation (7-20 months). J Pediatr Gastroenterol Nutr. 1984;3(5):713-720.





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